Historia de un hueso

Erase una vez una diáfisis (la de la Tibia exactamente) q se encontró con la epífisis proximal y le dijo:
- Epífisis, epífisis, que tal te va con la producción de glóbulos rojos?
La epífisis le contestó:
- Ya, ves, con eso de q la metáfisis se mete por medio no hay manera de que nos veamos. Pues la producción va muy bien, que tal tu cabidad ósea?
- Como siempre, la médula amarilla sigue viniendo a traer alimento, mientras no le dé por desaparecer un tiempo para irse a ver a su amiga que está en el Radio vamos bien - dijo la diáfisis.
- Por cierto, me dijo la metáfisis que el cuádriceps va a dar una fiesta, q tal si vamos? - preguntó la epífisis.
- No estaría nada mal, hace mucho que no vamos por allí a pesar de q está muy cerca.
Asiq las dos amigas emprendieron el camino hacia la diartrosis de la rodilla. En la rótula se encontraron con unos osteocitos que les dijeron que los osteoblastos, el cartílago y tres minerales (calcio, fluor y magnesio) se habían ido a vivir juntos, la diáfisis y la epífisis no se sorprendieron, pues el periostio no mucho antes les había contado lo mismo. Asiq las dos amigas reanudaron el camino, pasaron por el tendón hasta llegar al cuádriceps.
Allí la fiesta ya había comenzado, estaba todo el mundo, el epimisio, el endomisio, el perimisio, hasta las miofibrillas y los fascículos musculares habían decidido ir. solo faltaban las aponeurosis, no pudieron ir porque tenían trabajo q hacer, pero ya se encargaría cualquier célula de contarlas todo lo ocurrido.
La fiesta fue un éxito total. Una vez acabó, la epífisis y la diáfisis, cansadas, se fueron otra vez a la Tibia. Una vez llegaron, decidieron que al día siguiente dejarían a un lado sus deberes e irían al Raquis a hacer una visita a la C2

Continuará.......