lunes, agosto 15, 2005

Historias del WoW: Capítulo VI El Entrenamiento

Al día siguiente, temprano, por la mañana, me desperté al oir fuertes golpes en mi puerta.
- Arriba dormilona! – gritó Antreyu – hay que empezar a entrenar!
Rápidamente me levanté y me dirigí hacia donde estaba Atreyu, tenía el ánimo por las nubes, la charla del día anterior me había quitado un gran peso de encima y ahora estaba dispuesta a entrenar muy duro para llevar mi venganza a cabo. Ahora, cuando pensaba en Drake no me ponía triste y empezaba a llorar, sino que una gran esperanza crecía dentro de mí y hacía que no deseara otra cosa más que entrenar, entrenar duramente para que cuando llegara mi momento lo saboreara y me alzara victoriosa.
Cuando llegué al centro del poblado me encontré con Nidagoth, se le veía preocupado.
- Rach, ¿estas bien?
- Sí, mejor que nunca.
Nidagoth pareció sorprenderse al escuchar mi respuesta, pero no le dí tiempo a que dijera nada más, en seguida ví a Atryu hablando con Urko y me dirigí hacia ellos.
- Rach, bien, ya estás aquí – dijo Atreyu.
- ¿Qué vaís a hacer? – preguntó Urko.
- Voy a preparar a Rach, ya que está en el clan y a penas tiene preparación para la batalla. He pensado que sería una buena idea.
Con una sola mirada agradecí a Atreyu que no contara a los demás lo ocurrido la noche pasada. No estaba preparada para compartir con los demás lo que había compartido con él. Ya llegaría el momento de explicar todo, ahora para la única cosa que me veía con fuerzas era para entrenar, para nada más.
Con todo lo ocurrido no me había acordado para nada de Godnik, ¡qué despiste! Así que le pregunté por él a Atreyu.
- Se marchó al día siguiente de rescatarle, no fue fácil convencerle, pero a fuerza de insistir lo conseguimos, sólo puso una condición, que cuando volvieras a estar con nosotros se lo hiciéramos saber. Ayer mismo, por la noche, decidimos que Zero iría al poblado a darle la noticia de que ya te rescatamos y estás sana y salva.
- Genial – respondí.
- Te noto preocupada, ¿qué te ocurre?
- Es que... noto a los demás algo raros conmigo.
- ¿Cómo no van a estar raros después de la que montaste ayer? Pero tranquila, después de hablar contigo tuvimos una pequeña reunión.
Yo me quedé mirándole fijamente, muy seria.
- Tranquila, no te preocupes, no les conté nada, des dije que a su debido tiempo tú lo aclararías todo.
- Gracias, tú si que eres un buen amigo.
- Bueno, ya va siendo hora de que empecemos a entrenar, ¿no?
- Por supuesto, ya lo estoy deseando.
Comenzamos por los movimientos más básicos de todos las armas. Cuando yo le pregunté a Atreyu porque no me especializaba en una sola me respondió:
- No sabemos cual será el arma que mejor vaya contigo, aprendiendo lo básico de todas, no sólo nos permitirá ver cual es la que mejor se te da, sino que también, a la hora de luchar te ayudará en los momentos en que no dispongas de tu arma y tengas que utilizar otra.
A demás de aprender a utilizar todas las armas también aprendería lucha cuerpo a cuerpo, sin armas.
El día fue pasando, yo veía que no avanzaba casi nada, luchamos con hachas, lanzas, espadas, ondas,... y cuando ya anochecía le dije a Atreyu:
- Creo que esto no está valiendo para nada, aún no puedo manejar correctamente todas las armas y en la lucha sin ellas soy pésima. Llevamos todo el día entrenando sin a penas parar, creo que será mejor dejarlo.
- ¿Te vas a rendir a la primera de cambio? – respondió – no, piensa en todo lo que debes hacer.
- Ya, pero... ¡esto no va bien!
- ¡Cómo que no! Recapacita, piensa, yo hoy me he dado cuenta de muchas cosas y parece que tú no te has dado cuenta de ninguna.
Atreyu parecía enfadado, su tono de voz era claro y severo pero a su vez paternal y amigable.
- Nos queda muchísimo trabajo por hacer – prosiguió – en la lucha sin armas no has mejorado porque te falta una base de fuerza, resistencia y agilidad, y con las armas, sólo hace falta tiempo. La solución es fácil, entrenar duro todos y cada uno de los días. A demás también he averiguado cual es el arma que mejor controlas.
- ¿A sí? ¿Cuál?
- En realidad no es una sola, son varias. A partir de ahora tus armas serán todas las de largo alcance y puntería, la onda, la lanza, el arco... Pero también haremos hincapié en la espada, pues la vas a utilizar muy a menudo y te hará mucha falta.
Se me iluminó la cara al ver que el día de hoy no lo había perdido y que no había gastado el tiempo y las fuerzas en vano. Atreyu lo vio y me dijo:
- Bueno, lo dejamos por hoy, mañana seguiremos. Vete a comer algo y duérmete pronto porque el próximo entrenamiento va a ser muchísimo más duro y quiero que tengas todas tus facultades a punto.
Me fui a cenar yo sola, pues no quería que los demás me hicieran preguntas, y a demás quería acostarme lo antes posibles, pues estaba muerta de cansancio.
Atreyu fue a reunirse con los demás.
- ¿Qué es lo que habéis estado haciendo todo el día? – preguntó Nidagoth.
- Entrenar – respondió unicamente Atreyu.
- ¿Entrenar? – dijo Modok extrañado - ¿para qué?
- No creo que yo haya sido el único en ver que Rach no está preparada, no ha sido entrenada por nadie y manejo de las armas deja mucho que desear.
- Es cierto – dijo Gothrek – pero no hace falta que la entrenes tú sólo y tanto tiempo. Hoy no habéis parado en todo el día.
- Yo me comprometí a ayudarla – dijo Atreyu – y eso es lo que estoy haciendo.
- Sí, pero no lo entendemos, Atreyu – dijo Khaine – reconoces que es algo raro que después de todo lo que ha pasado la estés entrenando. Creo, y hablo por todos, que nos debes una explicación.
- Ya os lo dije ayer por la noche, no está en mi mano deciros lo que pasa, ese es el deber de Rach, y cuando esté preparada os lo dirá, pero creo que de momento tendréis que esperar – contestó Atreyu.
- Al menos dinos una cosa – dijo Modok - ¿el clan corre peligro?
- ¡Claro que no! Lo que estamos haciendo es ajeno al clan, es un asunto personal y para solucionarlo me ha pedido ayuda, nada más, pero creo que ya os he contado bastante, será mejor que me vaya a dormir – concluyó Atreyu.
Los demás miembros del clan se tranquilizaron un poco al saber que nadie corría peligro, pero, aún así, no me quitaban el ojo de encima.
Los días pasaron y sin darme cuenta el invierno había pasado y estábamos en plena primavera. Yo había mejorado muchísimo, Atreyu me enseñó todo lo que sabía sobre el manejo de las armas y la defensa y el ataque.
- Has avanzado mucho – dijo Atreyu – pero aún te falta mucho trabajo para ser la mejor.
- Pero si ya manejo mejor que tú mis armas – repliqué yo.
- Sí.
- Entonces, ¿por qué dices que aún necesito entrenar más?
- Porque no te concentras, manejas tus armas como si fueran una parte más de tu cuerpo, pero no estas conectada a ellas.
- ¿Conectada?
- Sí, debes sentirlas, debes tener el espíritu apaciguado a la hora de utilizaras para que eso ocurra. Rach, debemos trabajar ahora tu concentración, tu nerviosismo y tus sentimientos al luchar. Cuando te enfrentes a Drake no deben dominarte la venganza y la ira, deberás estar completamente calmada, concentrada en tus movimientos y no debes dejar que nada ni nadie te haga salir de ese estado.
- ¿Y cómo se supone que voy a hacer eso?
- Con práctica.
- Entonces, ¿a qué esperamos?
- Tranquila, primero debes enfrentarte a tus sentimientos.
- ¿Cómo?
- Confiando en tus amigos, contándoles todo, ellos también te ayudarán y se pondrán de tu parte, ya estás preparada para ello.
- Pero no entenderán mis actos, no entenderán porque no se lo dije antes.
- Les subestimas, Rach. Ellos te entenderán muy bien, también lo han pasado mal y saben qué es perder a seres queridos.
- De acuerdo, les contaré todo.
- Muy bien, después de que lo hayas hecho seguiremos con el entrenamiento.

4 comentarios:

Rach dijo...

Bueno, he tardado pero aquí esta el capítulo 6, a ver que os parece. El séptimo ya esta en proceso, espero q no tarde mucho jeje

Rach dijo...

q coño es esto????

Arîadhna dijo...

SPAM.

O una manera de jorobar los blogs y llenarlos de mierda...

Suprímelo definitivamente o atraerás más...(realmente no tengo ni idea,pero por si acaso lo suprimiría...)

Un besito!

Rach dijo...

si, eso pensaba q era, na, pos lo suprimo ya a br q tal qda xD